La Amazonia no sólo abarca el bosque tropical más grande que queda en el mundo, sino que también es hogar de una de cada diez especies conocidas en la Tierra.
En su corazón fluye el río Amazonas, a lo largo de más de 7.000 km, y junto con sus cientos de afluentes, alberga el mayor número de especies de peces de agua dulce del mundo.
El dosel arbóreo de la Amazonia ayuda a regular la temperatura y la humedad y está estrechamente ligado a los patrones climáticos regionales a través de ciclos hidrológicos que dependen de los bosques. Debido a la enorme cantidad de carbono almacenado en los bosques amazónicos, existe un enorme potencial de alterar el clima global si no se administra adecuadamente. La Amazonia contiene entre 90 y 140 mil millones de toneladas métricas de carbono y la liberación de apenas una parte aceleraría el calentamiento global de forma significativa.
Durante los últimos 50 años, la Amazonia ha perdido al menos el 17% de su cubierta forestal. Las principales amenazas son la explotación forestal, la agricultura, la ganadería, la minería y la construcción de presas y carreteras.
En el BioDomo se encuentran algunas de las especies más representativas de este ecosistema como el perezoso de dos dedos, el armadillo de seis bandas o el pájaro trompetero.