
«Mañana», una obra del muralista Fraggi
10 mayo, 2025


La astronauta que entrena para la primera misión tripulada a Marte sabe que alguien, en tiempos remotos, consiguió aprender que la destrucción causada por incendios accidentales podía transformarse en un instrumento de utilidad. Bien porque aquella persona pionera compartió el conocimiento, bien porque fue copiado por semejantes, el uso de las lumbres se fue expandiendo y sirvió como detonante para configurar una actividad humana, antes desconocida, que más allá de introducir comodidades domésticas se aplicaría a experimentar la fuerza combinada del fuego y del agua para diseñar artefactos. Lo sabe la astronauta porque la curiosidad y la investigación acerca de nuestros orígenes han podido certificar qué sucedió para que se materializasen los sucesivos avances que nos llevarán a otros planetas. Conocemos los antecedentes, ignoramos los personajes concretos que protagonizaron tan trascendentes progresos.
Quien consiguió el primer control voluntario de un recurso natural a su alcance como el fuego, posiblemente hace un millón de años, no podía recorrer el camino inverso de la astronauta, por mucha curiosidad que tuviera, para suponer que se podría poner un pie en un planeta cuya existencia desconocía. Pero el pensamiento de ambas personas no estaba en absoluto distante: las dos sabían que estaban actuando para experimentar un futuro tan innovador como incierto. Sus iniciativas se contextualizan en un deseo común, explorar una vida más confortable y excitante que la actual, tanto en el ámbito meramente material como en el emocional -y una de las mayores emociones que nos motivan es el conocimiento de nuestro entorno, tanto para sobrevivir a las adversidades como para aplicar su potencial transformador de nuestra calidad de vida-. Conforme el reto era más complejo la cooperación se convertía en más imprescindible por la imperiosa necesidad de compartir la información y, como lógica consecuencia, el beneficio se expandió de un provecho individual a una ganancia colectiva.
Las personas esenciales exprimen las capacidades del más valioso recurso disponible por la humanidad, cien mil millones de neuronas entre oreja y oreja. Las mentes más privilegiadas, en su mayoría generosamente anónimas, contribuyeron a conseguir todo aquello que ahora conocemos y aplicamos; su loable mérito radica en que nunca se despistaron con los laureles del ayer, sino en que solo les motivó la construcción del mañana.
Fraggi, un breve perfil del artista
Fraggi es un reconocido artista urbano y muralista granadino cuya obra trasciende lo decorativo para convertirse en un reflejo de la identidad y la esencia de los lugares que interviene. Su estilo único fusiona el arte con otras disciplinas como son la arquitectura, la fotografía, la música y la programación; emplea una técnica hiperrealista y un uso magistral de colores vibrantes para recrear metáforas visuales complejas que comunican ideas y emociones que le ayudan a narrar un amplio abanico de historias.
Sus murales no solo embellecen el espacio público, sino que también se integran de manera orgánica en el entorno que los rodea.
Su talento ha traspasado fronteras y su arte ha logrado revitalizar pueblos y ciudades de Turquía, Portugal y Brasil, devolviéndoles la vida a través de paredes que se transforman en lienzos gigantes. Con una larga trayectoria a sus espaldas, Fraggi se ha posicionado como uno de los referentes del muralismo contemporáneo.