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Una hembra de perezoso da a luz a una cría en el BioDomo

Biodomo

Se trata de un ejemplar de “perezoso de dos dedos”, una especie muy característica de las selvas amazónicas. Durante el pasado año nacieron en el BioDomo ejemplares de nueve especies diferentes, a las que se han sumado en 2019 crías de otras especies como el muntjac o el armadillo.

La conservación de especies es uno de los pilares que sostienen el proyecto del BioDomo, y este espacio del museo continua afianzándose como un lugar con las condiciones apropiadas de calidad y bienestar animal que propician la reproducción de sus habitantes. El último ejemplo ha sido el primer nacimiento en el BioDomo de una cría de perezoso, una especie habitual de las selvas amazónicas.

El pasado 30 de marzo, el BioDomo acogió el alumbramiento de un ejemplar de Choloepus didactylus, o “perezoso de dos dedos”, nacido de la pareja de perezosos que habitan en el BioDomo desde su apertura en Julio de 2016. Tras cerca de 10 meses de gestación, la hembra de perezoso ha dado felizmente a luz a cría, con cerca de 400 gr. de peso y que se encuentra en perfecto estado de salud. Esta especie nace con sus dos uñas características ya formadas, e incluso con dientes, aunque más romos que los que tiene en su fase adulta.

El nuevo ejemplar se encuentra de momento en la zona de cuarentena, y aún no se ha determinado el sexo ya que las crías de esta especie permanecen aferradas a la madre durante los primeros meses de vida. En estos momentos su alimentación se alterna entre la lecha materna y la introducción de los mismos alimentos que toma la madre. Aunque todavía no están visibles para los visitantes, se espera que la cría pueda pasar a su hábitat en el momento en que está garantizada su capacidad para desplazarse y alimentarse por sí misma.

El perezoso de dos dedos es una especie arbórea, que se ha adaptado muy bien a la remodelación del hábitat de la selva amazónica realizada recientemente en el BioDomo. Se alimenta de hojas y frutas, y cuenta con extremidades que terminan en dos dedos con garras curvas que le sirven para trepar y permanecer colgado. Su pelo es largo y se orienta desde el vientre hacia el dorso, al contrario que la mayoría de los mamíferos. Es de hábitos nocturnos y duerme hasta quince horas durante el día, por lo que es más frecuente verlos activos en el BioDomo en las últimas horas de la tarde.

Aunque no se trata de una especie amenazada, son pocos los centros en España que cuentan con instalaciones apropiadas para albergarlos, estando presentes solamente en Faunia (Madrid) y en Loro Park (Tenerife), además de en el BioDomo de Granada.

Este nacimiento es un buen indicador de la madurez del BioDomo para garantizar que las especies que alberga se encuentran en condiciones óptimas de bienestar y reproducción. Durante el pasado año, este espacio del Parque de las Ciencias ha acogido el nacimiento de ejemplares de nueve especies diferentes, algunas de ellas en situación grave de conservación como son los casos del galápago asiático moteado, el ajolote mexicano o el cardenal de Banggai. A ellas se suman los nacimientos durante el primer trimestre de 2019 de algunos mamíferos como el muntjac y el armadillo, junto al perezoso de dos dedos.

Si bien la conservación del perezoso de dos dedos está calificada como “Preocupación Menor” por la IUCN, desde la concepción del proyecto, el BioDomo ha mostrado su compromiso con la protección de especies y ecosistemas que se encuentren en situación de vulnerabilidad. Este compromiso se plasma en diferentes acuerdos de colaboración para la recuperación de especies, tanto in situ, apoyando las acciones que se desarrollan en los lugares de origen, como ex situ, poniendo sus instalaciones al servicio de la cría de ejemplares que se encuentran amenazados en su hábitat natural.

En esta línea, destacan proyectos como el apoyo a un programa de conservación de tortugas en Nepal, de la mano de la sociedad ARCO Nepal, u otros como los que se están desarrollando en Madagascar, en colaboración con la Fundación Agua de Coco, para mantener un centro para la recuperación de la fauna, una micro-reserva de endemismos del suroeste de Madagascar y promover la recuperación y gestión sostenible del manglar.

https://www.youtube.com/watch?v=17J52nDupn0 Se trata de un ejemplar de “perezoso de dos dedos”, una especie muy característica de las selvas amazónicas. Durante el pasado año nacieron en el BioDomo ejemplares de nueve especies diferentes, a las que se han sumado en 2019 crías de otras especies como el muntjac o el armadillo.

La conservación de especies es uno de los pilares que sostienen el proyecto del BioDomo, y este espacio del museo continua afianzándose como un lugar con las condiciones apropiadas de calidad y bienestar animal que propician la reproducción de sus habitantes. El último ejemplo ha sido el primer nacimiento en el BioDomo de una cría de perezoso, una especie habitual de las selvas amazónicas.

El pasado 30 de marzo, el BioDomo acogió el alumbramiento de un ejemplar de Choloepus didactylus, o “perezoso de dos dedos”, nacido de la pareja de perezosos que habitan en el BioDomo desde su apertura en Julio de 2016. Tras cerca de 10 meses de gestación, la hembra de perezoso ha dado felizmente a luz a cría, con cerca de 400 gr. de peso y que se encuentra en perfecto estado de salud. Esta especie nace con sus dos uñas características ya formadas, e incluso con dientes, aunque más romos que los que tiene en su fase adulta.

El nuevo ejemplar se encuentra de momento en la zona de cuarentena, y aún no se ha determinado el sexo ya que las crías de esta especie permanecen aferradas a la madre durante los primeros meses de vida. En estos momentos su alimentación se alterna entre la lecha materna y la introducción de los mismos alimentos que toma la madre. Aunque todavía no están visibles para los visitantes, se espera que la cría pueda pasar a su hábitat en el momento en que está garantizada su capacidad para desplazarse y alimentarse por sí misma.

El perezoso de dos dedos es una especie arbórea, que se ha adaptado muy bien a la remodelación del hábitat de la selva amazónica realizada recientemente en el BioDomo. Se alimenta de hojas y frutas, y cuenta con extremidades que terminan en dos dedos con garras curvas que le sirven para trepar y permanecer colgado. Su pelo es largo y se orienta desde el vientre hacia el dorso, al contrario que la mayoría de los mamíferos. Es de hábitos nocturnos y duerme hasta quince horas durante el día, por lo que es más frecuente verlos activos en el BioDomo en las últimas horas de la tarde.

Aunque no se trata de una especie amenazada, son pocos los centros en España que cuentan con instalaciones apropiadas para albergarlos, estando presentes solamente en Faunia (Madrid) y en Loro Park (Tenerife), además de en el BioDomo de Granada.

Este nacimiento es un buen indicador de la madurez del BioDomo para garantizar que las especies que alberga se encuentran en condiciones óptimas de bienestar y reproducción. Durante el pasado año, este espacio del Parque de las Ciencias ha acogido el nacimiento de ejemplares de nueve especies diferentes, algunas de ellas en situación grave de conservación como son los casos del galápago asiático moteado, el ajolote mexicano o el cardenal de Banggai. A ellas se suman los nacimientos durante el primer trimestre de 2019 de algunos mamíferos como el muntjac y el armadillo, junto al perezoso de dos dedos.

Si bien la conservación del perezoso de dos dedos está calificada como “Preocupación Menor” por la IUCN, desde la concepción del proyecto, el BioDomo ha mostrado su compromiso con la protección de especies y ecosistemas que se encuentren en situación de vulnerabilidad. Este compromiso se plasma en diferentes acuerdos de colaboración para la recuperación de especies, tanto in situ, apoyando las acciones que se desarrollan en los lugares de origen, como ex situ, poniendo sus instalaciones al servicio de la cría de ejemplares que se encuentran amenazados en su hábitat natural.

En esta línea, destacan proyectos como el apoyo a un programa de conservación de tortugas en Nepal, de la mano de la sociedad ARCO Nepal, u otros como los que se están desarrollando en Madagascar, en colaboración con la Fundación Agua de Coco, para mantener un centro para la recuperación de la fauna, una micro-reserva de endemismos del suroeste de Madagascar y promover la recuperación y gestión sostenible del manglar.