Expertos han analizado hoy en el Parque de las Ciencias la presencia de venenos en los alimentos

31 marzo, 2008

El IX Curso de Actualidad Científica, organizado por la Universidad de Granada y el Parque de las Ciencias, gira este año en torno al mundo del veneno
Audioguías en tres idiomas, información turística en la Plaza de las Pasiegas y difusión en los autobuses urbanos de Granada son otras de las actuaciones impulsadas por el Parque para promocionar la exposición «Veneno animal»

¿Hay veneno en lo que comemos? A esta pregunta han respondido esta tarde en el Parque de las Ciencias los expertos de las Universidades de Sevilla y Granada, Ana María Cameán y Antonio F. Hernández, en el marco del Curso de Actualidad Científica. Ambos investigadores han analizado la presencia de sustancias tóxicas en la alimentación centrándose la profesora sevillana en la toxinas y el de la Universidad de Granada en biocidas y sus efectos.

Así Hernández, ha explicado lo que es un biocida –cuya función es producir la muerte de los seres vivos- y su presencia en determinados productos utilizados para destruir cualquier tipo de plaga. De este modo, además de estar presentes en plaguicidas, también aparecen en productos de la higiene personal como los antipiojos, los que se utilizan para hacer frente en plagas que afectan al ganado, aquellos usados para combatir los hongos o los que usan para desinfección de superficies alimenticias.

“Con algunos alimentos estamos ingiriendo residuos del veneno”, afirma el profesor de la UGR, que añade que pese a esta cifra sólo el 5% de los alimentos tiene  residuos de plaguicidas por encima del máximo establecido por ley.  En este sentido, enfatiza que el consumo de ese 5% de productos contaminados  no supone un riesgo para la mayoría de la población, aunque si existen personas más vulnerables “que pueden desarrollar algunos de los efectos adversos que provoca el consumo de esta sustancia  como desarrollo de diversos tipos de cáncer, problemas neurológicos como Parkinson o Alzheimer, alteraciones de la reproducción, malformaciones congénitas, alteraciones inmunológicas, etc.

Pero los alimentos no son los únicos que pueden contender estas sustancias tóxicas. El agua también puede contener biocidas, según Hernández. La sequía que hace que los pantanos estén a bajos niveles y la cercanía de los pantanos a grandes parcelas de olivos que son tratados con plaguicidas hace que la escasa lluvia que caiga arrastre los restos de plaguicidas sin disolver hasta el agua, contaminándola.

Para solventar estos problemas, el científico propone que se respeten los límites de residuos de plaguicidas establecidos por ley y que el sector de la agricultura se acostumbre a las buenas prácticas agrícolas.

Por su parte, la profesora de la Universidad de Sevilla, Ana María Cameán, ha incidido en que la idea generalizada que existe en la sociedad asociando lo natural a lo seguro es más bien “una falacia” ya que muchos alimentos naturales contienen sustancias tóxicas.

La patata, algunos pescados que han permanecido mucho tiempo a temperatura ambiente como el atún, el bonito o la caballa, moluscos como las coquinas o la chirla y otros alimentos vegetales como las setas son algunos de los ejemplos de alimentos que contienen sustancias tóxicas a los que ha aludido la científica.

Las próximas conferencias tendrán lugar mañana a partir de las 19.00 horas bajo el título de ‘Las intoxicaciones por metales pesados. Un ejemplo de venenos en la naturaleza’, a cargo de Fernando Gil Hernández del Departamento de Medicina Legal y Toxicología de la Universidad de Granada, y ‘El veneno en el reno animal’, impartida por Arturo Valledor de Lozoya, médico y especialista en malacología y toxicología animal.

 

Martes, 1 de Abril de 2008

Parque de las Ciencias
Granada.

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